lunes, 22 de febrero de 2021

 Efectos de la radiación ultravioleta en el niño


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La radiación solar es causante de múltiples efectos sobre la piel del niño. Los efectos dañinos de la radiación UV son acumulativos e irreversibles. Unos son inmediatos, como la aparición de eritema, la IPD (immediate pigment darkening ‘pigmentación inmediata’), la pigmentación retardada o las quemaduras solares, y otros acontecen de forma tardía, como el envejecimiento cutáneo o el aumento de riesgo de carcinogénesis, terreno donde se centra la mayoría de las investigaciones recientes. Los estudios indican que tanto la radiación UVA como la UVB son causantes de la formación de melanoma.
La radiación UV también es causante de la aparición de trastornos de fotosensibilidad, como la urticaria solar o la erupción solar polimorfa, y de la supresión del sistema inmunológico, en el que participan tanto la UVB como la UVA.
Foto protección de la piel infantil
Las estrategias de foto protección de acuerdo con las guías nacionales e internacionales recomiendan lo siguiente:
1.Evitar la exposición solar especialmente entre las 11 y las 16h.
2.Cubrir la piel con ropas y gorros adecuados.
3.Llevar gafas con protección solar.
4.Usar fotoprotectores.
5.Protegerse también en días nublados, porque la radiación UV puede atravesar las nubes, y protegerse del sol aunque la piel esté bronceada, porque puede quemarse.
Medidas físicas
En primer lugar, y posiblemente la medida más importante, consiste en desarrollar comportamientos fotoprotectores saludables evitando o disminuyendo el tiempo de exposición a la radiación solar. En la infancia es frecuente que se produzca una exposición solar prolongada, ya que en esta época se realiza un mayor número de actividades al aire libre; se sabe que los niños reciben el triple de radiación solar que los adultos.
Deben aconsejarse cambios en el estilo de vida, como la disminución de las actividades al aire libre en los períodos centrales del día, fomentar el uso de lugares sombreados o evitar la exposición solar intencionada, incluidas las cabinas de bronceado. No debe olvidarse que las sombras y los árboles reducen la radiación UV directa, pero no la indirecta emitida por las superficies circundantes, como el agua, la arena o la nieve. Ya que casi la mitad del año los niños lo pasan en las escuelas, es su responsabilidad fomentar el uso de las sombras, proporcionar adecuadas sombras en los patios de los colegios y realizar las clases de educación física al aire libre en los períodos del día con menor radiación solar. Se ha estimado en un 47% la exposición solar diaria que reciben los niños mientras se encuentran al aire libre en los descansos en los colegios.
Una regla que puede ayudar a saber cuándo se debe poner más empeño en evitar el sol, es la regla de la sombra. El sol es más peligroso cuanto más pequeña es la sombra del niño en relación con la altura, lo que indica que el cenit solar es menor de 45º. El riesgo es menor cuando el tamaño de la sombra es mayor
Si se va a estar expuesto al sol, es conveniente cubrir la mayor parte del cuerpo posible de las radiaciones solares mediante la utilización de ropa.
Hay tejidos especiales que llevan materiales con protección solar. El factor de protección UV (FPU) es la medida de transmisión de radiación UV a través del tejido, y es posible determinarlo tanto in vivo como in vitro. La idea es que en el futuro todas las ropas lleven su FPU en la etiqueta, al igual que las cremas fotoprotectoras llevan el factor de protección solar (FPS)
Otra pantalla física importante para la protección de la cara y del cuello son las gorras y los sombreros, cuyo uso es especialmente importante en los niños. Ofrecen mayor protección cuanto mayor sea el área que cubran. También hay algunos materiales con protección solar incorporada. Las gafas de sol protegen los ojos y las regiones perioculares y deben tener filtros solares homologados para esta edad infantil.
Fotoprotectores en la infancia
Su uso correcto es fundamental para que sea efectivo. La mayor efectividad del fotoprotector se consigue aplicándolo generosamente de 15 a 30min antes de la exposición solar y reaplicándolo en zonas fotoexpuestas cada una a 2h o tras actividades físicas intensas que puedan eliminarlo de la piel, como nadar, sudar excesivamente o limpiarse con la toalla. Un secado enérgico con la toalla puede eliminar hasta un 85% del producto. La reaplicación del producto incrementa de 2 a 3 veces la protección frente al sol.
La reaplicación tras la inmersión en agua es necesaria, aunque el filtro sea impermeable o resistente al agua (waterproof o water-resistant). Se define como resistente al agua (water-resistant) cuando el FPS se mantiene después de 40min de inmersión en agua y se define como impermeable (waterproof) cuando es efectivo después de una inmersión de 80min.
Se mide in vivo según las recomendaciones de la FDA (Food and Drug Administration ‘Administración de alimentos y medicamentos’) con la aplicación de 2mg/cm2 sobre la piel de la espalda (equivalen a 6 cucharillas de café), o 30g en la totalidad del cuerpo 30min antes de la irradiación.
Consideraciones especiales en la infancia
La FDA no recomienda la aplicación de fotoprotectores en niños menores de 6 meses para evitar así hipotéticos problemas de toxicidad secundarios a la mayor absorción de la piel del neonato. Estos niños tampoco deben exponerse directamente al sol sin ropas protectoras, ya que tienen menor capacidad de producción de melanina y de sudoración. También se recomienda limitar las exposiciones solares en niños por debajo de los 3 años de edad.
Dado que es difícil evaluar las diferencias de absorción sistémica de los productos químicos usados en los fotoprotectores en los niños y en los adultos, parece prudente evitar aquellos productos que contengan PABA y benzofenonas, como la oxibenzona. No parece que la piel de los niños sea más susceptible a irritarse por la aplicación de preparados tópicos que la de los adultos.
En los niños mayores de 6 meses, los fotoprotectores que se usen deben tener un FPS mayor o igual que 25, deben proteger frente a las radiaciones UVA y UVB, deben ser lo más resistentes posible al agua, al sudor y al frotamiento, y deben tener texturas lo más hidratantes y cosméticas posibles. Hay que aplicarlos generosamente de 15 a 30min antes de la exposición solar y reaplicarlos en las zonas foto expuestas de 15 a 30min después de comenzada la exposición solar, y posteriormente cada 2h o al bañarse, al frotarse con la toalla o al sudar excesivamente.

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